9 wine lovers te hablan de la bodega de vino mexicana que más le ha sorprendido
- Francisco Sandoval
- 9 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 sept 2019
Esta publicación apareció originalmente en el post colaborativo 9 Wine lovers te hablan de la bodega de vino mexicana que más les ha sorprendido, que organizó Berenice Zamora del blog Mi corazón en el mundo del vino. El artículo original lo pueden encontrar aquí.
A principios de este año, entre los propósitos renovados y tras recibir a unos amigos en casa para festejar el nuevo ciclo y volver a sentir la alegría de compartirlo, recuperé la pasión por el vino, que había mantenido en stand by por cerca de dos años.
Así que, aprovechando unos días que tenía de vacaciones, decidí ir a buscar vinícolas en el Centro de México, ya que me quedan cerca (vivo en CDMX) y había escuchado cosas buenas de un par de ellas (como los de San Juanito, ganadores en Bacchus 2015). Jamás imaginé lo que ha crecido la oferta, en una gran variedad de estilos, desde arquitectónicos hasta enológicos: proyectos familiares, vinícolas “garage”, ex-haciendas mexicanas, un viñedo nuevo a cada vuelta de carretera...
instalaciones de Bodegas y Viñedos De Cote: fachada, viñedo y bodega
En particular me sorprendió Bodegas De Cote, en muchos aspectos. Surgida justo al lado de la conocida Finca Sala Vivé de Freixenet (que ya había visitado en un par de borracheras festivales a los que asistí), se trata de una construcción espectacular, de diseño, que incluye restaurante, bistro, boutique y muchas obras de arte contemporáneo. Un viñedo amplio y hermoso, ordenado, donde además de vinos producen otros bienes agrícolas. Equipo de fabricación (despalilladora, tanques, embotelladora) totalmente nuevo, no hace falta ser un experto para notar que todos han sido recientemente adquiridos, homogéneos; una bodega subterránea con un buen parque de barricas nuevas... En suma, una gran inversión que le hace dudar a uno que sea un negocio rentable, pero que al mismo tiempo le hace agradecer que un proyecto tan bello esté abierto al público, y a tan sólo un par de horas de la Ciudad.
De los vinos puedo contarles que recientemente renovaron sus etiquetas (la verdad es que las anteriores no reflejaban la elegancia de la bodega, les pueden echar un ojo en este articulo). Pero sobre todo me sorprendieron en sí mismos, bien hechos, unos innovadores y otros clásicos. En particular, me gustó mucho el Atempo Chardonnay, parte de la segunda línea de la casa (después de una de ensambles innovadores llamada Inédito). Nos lo compartieron tras el recorrido, acompañado de su hermano de línea Tempranillo-Shiraz. Fue la añada 2015, que nos explicaron pasó 3 meses en barricas de roble de ambos mundos, supongo que no nuevas, ya que las reservarán para su primera línea. A la vista a mi me pareció dorado clarito, como el color del trigo cuando le da el Sol. Al gusto, elegante, untuoso, correctamente ácido, fresco. En mi escala particular de 5 estrellas le doy 4, un vino que recomendaría.
Aún no he probado la línea premium, llamada simplemente Gran Reserva (no los ofrecen por copa en el mencionado bistro), pero la verdad es que espero muchísimo de ellos. Su distribución aún es muy limitada: sólo se consiguen en sus instalaciones (el Atempo mencionado a $380 pesos mexicanos, unos 21 usd), en una tienda departamental (Liverpool), en otra especializada en vinos (La Europea) y en algunos restaurantes de la zona. Pero si los encuentran, no dejen pasar la oportunidad de probarlos, casi puedo asegurarles que no los defraudarán.
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